Valla semanita que llevo, con tantas inundaciones, todas concentradas en la misma zona y la Empresa donde trabajo con agua hasta 75cm.de altura, no me quedó otra que hacer horas extras hasta que todo volviera a la normalidad para poder continuar con el ritmo de trabajo en estas fechas. Pero este tiempo está loco y continúa lloviendo en abundancia.
Hoy he tenido un respiro y me he podido meter en la cocina, cosa que me relaja bastante y me evade de la rutina diaria. Desde hace mucho tiempo quería hacer roscos de vino, ya los había hecho hacía tiempo cuando hice el curso de pastelería y cocina, pero en casa nunca los había hecho. Así que a pesar de la contractura cervical que padecía me quise entretener en este delicioso dulce típico de la Navidad.
Es un dulce muy sencillo de hacer y con muy pocos ingredientes. Mejor están si los comemos de un día para otro y por la sencillez en su elaboración creo que no volveré a comprar mas roscos de vino.
Con estos ingredientes pueden salir unos 30 roscos aproximadamente, bastante bien para degustarlos y no caer en el abuso de tanto dulce navideño.
Ingredientes:
-500gr. harina fuerza
-195gr. de manteca
-100ml. de vino blanco
-1 cuchara de matalahúva o anís en grano
-1 cucharita de canela en polvo
-150 gr. de azúcar glass (para decorar)
Para hacer el almíbar:
-250 gr. de azúcar
-60ml. de agua
-un chorreón de vino blanco
Preparación:
Preparamos el almíbar para tenerlo casi frío a la hora de bañar los roscos. Para ello llevamos a fuego medio en un cazo, el agua, el azúcar y el vino. Lo dejamos hervir aproximadamente 10 minutos. Retiramos del fuego y reservamos.
Luego trabajamos la manteca con las manos, amasándola hasta ablandarla. Cuando ya esté maleable le vamos echando la harina. La harina deberá estar más o menos integrada con la manteca cuando le echamos el resto de ingredientes: el vino, la canela y el anís en grano. Continuamos amasando hasta obtener una masa homogénea y compacta que no se nos pegue a los dedos.
La masa obtenida la dejamos reposar en la nevera, cubierta con papel film.
Calentamos el horno a 220º
Sacamos la masa de la nevera y espolvoreamos ligeramente una superficie lisa con un poco de harina. Estiramos la masa con un rodillo, dejándola lisa y más o menos de unos 5cm. de grueso. Cortamos con un cortapasta redondo la parte de fuera y con otro cortapasta más pequeño la parte interior. Los colocamos en la bandeja del horno, la cual hemos cubierto con papel vegetal, y lo llevamos a hornear durante 15 minutos.
Una vez los tengamos horneados los dejamos enfriar. Una vez frío los introducimos dentro del almíbar que habíamos reservado, sólo bañarlos y sacarlos. Los vamos colocando sobre una rejilla para espolvorearlos con el azúcar glass (debe estar tamizada). Le damos la vuelta al rosco sobre la misma rejilla y volvemos a espolvorear con el azúcar.
Ya tenemos listos los roscos. Si los dejamos reposar por unas horas están mucho mejor.
La parte interior que le quité a los roscos, la dejé tal cual y le hice el mismo procedimiento que a los roscos, quedán como ricos bocados de vino. Si se quiere en vez de dejarlos así se pueden ir uniendo con las otras sobras y seguir formando los roscos.
Añadir que en esta ocasión las fotos son de mi marido y el tapete rojo es un regalo de un familiar y seguidora de esta página. Un tapete muy bonito y acorde para presentar este dulce tan rico. Gracias.
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