Crema de yogur con melocotón y crumble

Postre a base de fruta, con fruta en almíbar, de esas que muchas veces tienes en la despensa y no sabes en qué emplearla. Este postre es muy sencillo y lo tendrás preparados en apenas media hora.
Lo acompañamos de un crumble, que es una elaboración dulce formada por harina, azúcar y mantequilla cocida al horno, utilizada para decoración de postres, helados y otras elaboraciones.
Este es un postre individual, de textura cremosa con el toque crujiente que nos aporta el crumble y el frescor de la fruta.

Tarta de manzana y almendras

Los postres con base de frutas, son elaboraciones cuyo ingrediente principal es la fruta, combinadas o solas, que pueden ser cocinadas o tomarse simplemente al natural.
Las frutas forman parte de casi todos los postres, ya sea como elemento principal o como elemento secundario para su presentación. Sus sabores y sus texturas son ideales para el final de una comida.
Se utilizan al natural cuando interesa resaltar su sabor y color; cuando la fruta es pequeña, la podremos utilizar entera como decoración de postres. En cambio, dependiendo de la técnica de cocción que se les aplique, podremos usarlas como el relleno de una tarta, como base que queda cubierta por algún elemento decorativo o incluso consumirlas enteras.
Entre los postres con base de frutas, encontramos las frutas horneadas, que son sometidas a la acción directa del calor del horno, ya sean piezas enteras e individuales o troceadas, formando parte del relleno sobre un fondo de masa. Algunos de estos postres se pueden consumir calientes, pero la mayoría deben dejarse enfriar.

Flan de huevo

El flan de huevo es un postre a base de huevos, leche y azúcar. Se cuaja dentro de un molde previamente caramelizado por tratamiento térmico en el horno, al baño maría o al vapor, adquiriendo una textura ligera y gelatinosa.

En la base del molde de flan normalmente se coloca un caramelo rubio, que sirve para darle un toque amargo, proporcionándole un sabor característico y facilitando su desmoldado.

Una recomendación para este postre es que no debe tener una temperatura elevada en la cocción, ya que provocaría una coagulación rápida de los huevos; a consecuencia, no se realiza una cocción homogénea, se desmolda mal, las proteínas del huevo se cuajan y se separan del líquido formándose una multitud de pequeños agujeritos que no agradan al paladar. El flan en su interior debe ser liso y homogéneo.